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miércoles, 23 de octubre de 2013

¿EL ESTRÉS TAMBIÉN SE REFLEJA EN LA PIEL?


El estrés es una respuesta natural del cuerpo a las situaciones que lo amenazan y que repercute en la estabilidad emocional y física es una forma de mantener alerta al organismo.
Aunque el estrés es una función positiva en el ser humano que es la de crear un estado de atención y pronta respuesta a la adversidad. Experimentando en forma sostenida e intensa puede afectar nuestras capacidades físicas y emocionales. Por ello es necesario aprender a encausarlo y a sacarle el mejor partido.
Ante una situación de estrés prolongada, la respuesta del organismo se da a través del cansancio, la fatiga o aspecto enfermizo. La piel reacciona ante este estado mostrándose sin color, con signos de cansancio y envejecimiento prematuro.
Nuestra piel experimenta el estrés de dos formas distintas, ya que es un órgano somatico y nos “advierte” que hay situaciones que nos tienen en desequilibrio, ya sea físico o emocional.
Podemos sufrir estrés sin darnos cuenta, ya que este puede manifestarse de muy diversas maneras, como la falta de apetito, dificultades para dormir, entumecimiento de los músculos, falta de apetito sexual o incluso cambios bruscos de humor. Nuestra piel puede sufrir de dermatitis, de eczemas, enrojecimientos inexplicables, rosácea, descamación, escozor, etc.
Cuando la piel se presenta apagada y con un tono que nos da una apariencia enfermiza, puede deberse a la contaminación o la falta de hidratación, pero la mayoria de las veces, es por desvitalidad, y un piel desvitalizada es una piel desequilibrada, y esto se traduce en la temida apariencia de envejecimeinto.

¿Por que afecta la piel?
Los 10 mayores efectos de la piel son: acné, eczema, soriasis, picazón de la piel, caída del pelo, sudor excesivo (hiperhidrosis), rosácea, caspa, herpes oral y urticaria. Además el estrés contribuye a que la piel pierda su luminosidad y se vea sin vida, sin vitalidad, sucia y con ptosis (flacidez).
El estrés también causa otro tipo de condiciones que afectan la piel, como la falta de sueño, comer en exceso, fumar, beber y otros.
El estrés produce también, desbalances hormonales. Cuando algo nos produce estrés, el cuerpo reacciona produciendo hormonas con diferentes objetivos, entre estas hormonas están: el cortisol y la adrenalina. El exceso de estas hormonas produce desbalance en los estrógenos y testosterona, y las hormonas afectan la piel directamente.

El estrés se refleja en la piel...
La mayoría de los conflictos y cambios vitales, como por ejemplo, el padecer una afección de la piel, implican estrés y la posibilidad de enfermar a nivel de la psiquis (mente) y cuerpo (soma), que hoy se aceptan como interconectadas.
Piel y sistema nervioso tienen un origen común en el embrión que es el ectodermo y ese “partir juntos” queda para siempre impreso en la memoria biológica.
La piel, verdadero órgano de expresión, es a la vez el más extenso de nuestros órganos con su propia estructura y funciones exclusivas, con una rica vascularización e inervación alojándose en ella el sentido del tacto.

¿Qué hacer?
Hay que eliminar la causa o una de las causas del problema: el estrés. El estrés no puede eliminarse pero puede controlarse. Un poco de estrés es normal y positivo, lo dañino es pasarse la vida estresado.

La dieta, los antioxidantes, el ejercicio físico y el estilo de vida explican el 75% del deterioro externo, mientras que el 25% restante seria achacable a los factores genéticos. Los expertos señalan que la herencia familiar ya no es excusa para justificar el envejecimiento de la piel relacionados con el estilo de vida parecen ser mas decisivos en la aparición de las arrugas y otros signos del deterioro cutáneo, como el engrosamiento de la piel, la falta de la elasticidad, alteraciones de la pigmentación, y otras.
Las arrugas a cualquier precio, ya que son consecuencia de la vida misma, estas arrugas pueden ser dinámicas o de expresión o estáticas. En este ultimo caso, aparecen en el rostro debido a la perdida de las fibras elásticas y la disminución del colágeno, que se van a manifestar en los pliegues naturales y en las zonas fotoexpuestas.


Controla tu estrés… controla tú piel…

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